¿Es posible vivir más de 100 años? Eso parece, el Ikigai es una filosofía de vida japonesa de la que gozan muchos. Es una fuerza poderosa que guía nuestras vidas si tenemos la paciencia y la persistencia de buscarla.
En el siglo XX, Viktor Frankl crea la logoterapia, una psicoterapia centrada en la búsqueda del sentido de la existencia del ser humano, básicamente encontrar motivos para vivir. Los japoneses, por su parte, tienen el Ikigai.
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Aunque no haya una traducción directa, la palabra Ikigai tiene su significado por dos palabras: Iki (vida) y Kai significa (la realización de lo que uno espera y desea).
Cuando se traduce literalmente, iki significa “vida; vivo” y kai (pronunciado como gai en este caso) puede ser traducido como “razón; valor; fructífero; efectivo”.
En lo que respecta a kai, es importante señalar que hay una fuerte connotación de desafío. Una afirmación común es que proviene de la pasión. Por lo tanto, es valiosa para la vida de uno y requiere una cierta cantidad de esfuerzo para perseguirla.
Una traducción literal no te da la visión necesaria para comprender la gravedad del término y su importancia para uno mismo. Como resultado, ha habido un número de traducciones, todas las cuales se dice que son exactas:
El significado del Ikigai es la “razón de vivir”, un propósito que rige todo lo que hacemos para vivir una vida con pasión y gran satisfacción.
Como ves en este diagrama, el Ikigai es el epicentro del significado que le des a la vida. Los japoneses lo saben y siguen trabajando aunque se hayan jubilado. Como bien dicen Francesc Miralles y Héctor García en su libro Ikigai:
“No hay una palabra en japones que signifique jubilarse con el significado exacto de «retirarse para siempre», como tenemos nosotros en Occidente”.
Se conocen así las cinco zonas en el mundo donde las personas son más longevas, en cuyo caso, superando los 100 años de edad. Dan Buettner en su libro Zonas azules identifica las siguientes zonas:
1- La isla de Okinawa, Japón
2- Cerdeña, Italia (concretamente la provincia de Nuoro y Ogliastra)
3 – Loma Linda, California
4 – Península de Nicoya, Costa Rica
5 – Icaria, Grecia.
Dan Buettner en su charla TED, desmitifica ciertos “dogmas de longevidad” que considerábamos válidos, comparte consejos sobre estilo de vida y dieta que favorecen nuestra calidad de vida. ¡Muy recomendado! 🙂
Para acercarte a tu propósito, existen cuatro principales preguntas que hay que contestar:
Si te has fijado en el diagrama anterior, te habrás dado cuenta de que cada pregunta corresponde a un área. Al responder las preguntas, buscaremos la intersección de todas las áreas y es ahí, donde reside el ikigai.
En el vídeo siguiente encontrarás una pequeña ayuda en el momento de responder las preguntas. Dura menos de 6 minutos y es muy útil.
En el libro Ikigai. Los secretos de Japón para una vida larga y feliz por Héctor García y Francesc Miralles. Los autores recogen diez leyes con las que te permitirán seguir manteniendo tu ikigai con satisfacción y felicidad:
Quien abandona las cosas que ama y sabe hacer, pierde el sentido de su vida. Es importante seguir haciendo cosas de valor aunque se haya terminado la vida laboral, avanzando y ayudando a otros aportando nuestro granito de arena.
Como dice un viejo proverbio: “Caminando despacio se llega lejos”. No hay ninguna prisa, dejemos a un lado las urgencias y disfrutemos del presente.
Según la ley del 80% para una vida más larga. Debemos llenar nuestro estómago hasta el 80% de su capacidad. Nuestra alimentación corresponde con “menos es más”
Son el mejor elixir para disolver las preocupaciones. Disponer de relaciones de amistad positivas ya siendo con una buena charla, teniendo un plan juntos, riendo entre otras más son el acicate si queremos mantener nuestro ikigai.
5. Ponte en forma para tu próximo cumpleaños
Muchas veces hemos dicho: “El próximo año me pondré en forma” y no ha sido así. No te preocupes, no eres la única persona.
Tu cuerpo es un jardín que cuidar a diario. Subir escaleras, ir caminando en lugar de coger el metro y moverse mínimamente no solamente segregaremos hormonas de la felicidad sino que nuestra confianza aumentará, tendremos un aspecto más impecable y viviremos más años.
Una actitud afable hace amigos y relaja a la propia persona. Está bien darse cuenta de las cosas que están mal, pero no hay que olvidar el privilegio de estar aquí y ahora en este mundo lleno de posibilidades.
Aunque estemos acostumbrados a vivir en la ciudad, estamos hechos para fundirnos con la naturaleza. Rodearnos de naturaleza nos ayuda a recargar las pilas del alma.
A tus antepasados, a la naturaleza que te provee aire y alimento, a tus compañeros de vida, a todo lo que ilumina tu día a día y te hace sentir dichoso de estar vivo. Dedica un momento del día a dar las gracias y aumentarás tu caudal de felicidad.
Dejemos de lamentarnos por lo que ocurrió en el pasado y de temer lo que pueda suceder en el futuro. Todo lo que existe es el ahora. Dale el mejor uso posible para que merezca ser recordado. Si te sigue atormentado el pasado y el futuro, dale un punto de vista práctico como propone Eckhart Tolle:
“Antes habitabas en el tiempo y hacías breves visitas al Ahora. Ahora, ten tu morada en el Ahora y haz breves visitas al pasado y al futuro cuando sea necesario para tratar aspectos prácticos de tu situación en la vida”.
Tenemos que saber que dentro de nosotros hay una pasión, un talento único que da sentido a nuestros días y nos empuja a dar lo mejor de nosotros hasta el final. Si no lo has encontrado aún, tu próximo objetivo podría ser encontrarlo.
Además de su fantástico libro Ikigai, Héctor García y Francesc Miralles muestran en el siguiente documental algunas de las entrevistas en las que se basaron para escribir el libro
Dado que Japón es predominantemente sintoísta y coexiste con el budismo, es justo decir que los principios de estas dos religiones son evidentes en el espíritu del ikigai. Sin embargo, una respuesta más precisa a la pregunta puede ser considerar lo que crees realmente que es espiritual.
Si crees que ser espiritual es adherirse a una religión específica como el budismo, el sintoísmo, el hinduismo, el judaísmo, el islamismo, el cristianismo o cualquier otra, entonces diría que la respuesta a esa pregunta está más cerca del “no” que del “sí”. No hay nada específico en las escrituras sobre ikigai o cómo podría acercarte más a Dios.
Sin embargo, se puede argumentar que si sigues las enseñanzas y vives con la religión en la vida, entonces la adoración sería el centro de lo que haces. Esto, a su vez, llenaría tu vida de significado y alegría, guiándote a través de los buenos tiempos y los momentos de desesperación.
En otras palabras, la devoción hacia Dios o una cierta fe puede ser tu ikigai.
En definitiva, la fe o la aspiración a un cierto dogma no es un requisito para el ikigai. Puede ser espiritual si lo eliges. De hecho, si el propósito de tu vida está en equilibrio con tus creencias religiosas o espiritualidad, entonces, por supuesto, la respuesta a “¿el ikigai es espiritual?” sería un rotundo “sí”.
Otra buena lectura sobre el ikigai en español fiel al concepto de vivir una vida con propósito y sentido es “Ikigai esencial”: La sabiduría milenaria japonesa que dará sentido a cada dia de tu vida” de Ken Mogi, neurocientífico, investigador principal de los laboratorios de informática de Sony y profesor visitante del Instituto de Tecnología de Tokio.
En este libro Ken Mogi presenta 5 pilares distintos (sin ningún orden en particular) para encontrar tu ikigai.
Cuanto más compartimos y más nos comprometemos, más placentera puede ser la vida para todos nosotros.
Haz un esfuerzo para hablar con los que te rodean no sobre los objetivos que tienes, sino sobre las pasiones que tienes, las pequeñas cosas de la vida, los momentos que aprecias, etc, etc. Esfuérzate por crear lazos comunes con la gente de tu comunidad. Absorbe la energía que te dan y devuélvela en especie.
El imperativo para el éxito de encontrar tu ikigai es entender quién eres y qué representas.
Eso no quiere decir que tus pensamientos y acciones no cambien con el tiempo, de hecho, podemos esperar que lo hagan, sino que te abraces a ti mismo y te des permiso para ser tú mismo, pase lo que pase.
Intenta apreciar las cosas de la vida que a menudo damos por sentado.
Piensa en la cantidad de habilidad o esfuerzo que se pone en todo lo que haces. Encuentra lo que te hace sentir bien cuando lo haces, y luego concéntrate en hacerlo mejor. Haz esto con suficiente frecuencia y como un hábito, te encontrarás más agradecido por los talentos que tienes y las personas y cosas que te rodean.
Sé consciente de cómo te sientes y de lo que te rodea.
Aprecia lo que puedas a través de tus sentidos y trabaja duro para estar en sintonía con la vida. Incluso acciones sencillas como respirar profundamente, retenerlo y luego soltarlo lentamente pueden ayudar a ponerte en el estado de ánimo adecuado. De alguna manera encontrarás las cosas un poco más claras cuando lo hagas y tus próximos pasos estarán más fundamentados.
Se nos anima a mejorar la forma en que nos comportamos en pequeñas formas.
Esto puede significar levantarse más temprano por la mañana o cambiar la rutina diaria lo suficiente para encontrar tiempo para hacer lo que le gusta. También puede ser un pequeño ajuste en lo que haces para mejorar tus habilidades o tu profesión. Eventualmente, estos pequeños cambios se convertirían en algo habitual y apoyaría tu ikigai.
Dos de los conceptos que se enfatizan en ikigai es la capacidad de resiliencia frente a la vida y la visión imperfecta del wabi-sabi. Empecemos primero por saber…
La resiliencia es la capacidad de superar las adversidades de la vida: una ruptura de pareja, la muerte de un ser querido, una enfermedad…
Ser resiliente es adaptarse positivamente a la situación, aprender de ella y avanzar. Las personas con un fuerte Ikigai no desfallecen, perseveran hasta conseguir sus objetivos.
Cuánto más desarrollemos esta habilidad, más rápido seremos capaces de levantarnos y perseguir nuestro ikigai.
Las personas resilientes se caracterizan por ser:
Podríamos dedicar todo un libro para la resiliencia. No obstante, si todavía te pica la curiosidad, en este enlace de Wikipedia encontrarás más información útil.
Si un objeto o expresión puede provocar en nosotros una sensación de serena melancolía y anhelo espiritual, entonces dicho objeto puede considerarse wabi-sabi.- Andrew Juniper
El wabi-sabi es un término japonés que busca “la belleza de la imperfección” en todo lo que nos rodea sea natural o no.
Las características fundamentales del wabi-sabi son la belleza detrás de lo imperfecto, la asimetría de lo cotidiano, lo efímero del objeto. Al ser incompleto, posee verdadera belleza, ya que se asemeja entonces a la naturaleza.
A diferencia de Occidente, la arquitectura japonesa no busca ser perfectamente símetrica. La cultura japonesa acepta la naturaleza perecedera del ser humano y todo lo que creamos.
La lección clave es entender que hay ciertas cosas sobre las que no tenemos control, como el paso del tiempo. El espíritu del wabi-sabi aprecia las cosas tal y como son, siendo imperfectas pues en la imperfección radica la belleza.
El cambio puede parecer un obstáculo enorme, especialmente si cambias de hábito. Incluso puede darse el caso de implantar de 2 a 3 acciones al principio, motivados con un exceso de energía hasta darnos cuenta que con el pasar de los días, abandonamos inmediatamente.
Si no queremos un cambio tan radical, existe un método capaz de sacarte de la zona de confort, eludiendo el miedo propio de la mente a algo nuevo. El método Kaizen.
Este método, de forma resumida, realiza acciones pequeñas, tan pequeñas que pueden parecer ridículas. Por ejemplo: Para perder peso, en lugar de llevar a cabo una dieta extrema, basta con añadir un vegetal en cada plato de comida del día. Simplemente un poco más.
Esas pequeñas acciones tienen un efecto bola de nieve que acaban por producir grandes resultados. John Wooden, uno de los entrenadores de baloncesto universitario más exitosos de la historia decía así:
“Cuando mejoras un poco cada día, al final ocurren grandes cosas. Cuando mejoras tu forma física un poco cada día, al final se produce una gran mejora en tu forma física. No mañana, ni al día siguiente, pero al final has hecho un progreso notable. No hay que buscar mejoras rápidas y espectaculares, sino mejoras pequeñas, día a día. Ésa es la única forma en que ocurren, y cuando lo hacen, permanecen”.
Tener un ikigai bien definido es la receta para trazar un puente desde tu situación actual hasta la situación ideal. El Kaizen es solo el vehículo necesario para facilitar esta transición.
Todos tenemos un ikigai, una razón para seguir adelante y dar sentido a nuestra vida. Si todavía no las has encontrado, no te preocupes, céntrate en fijarte en las razones por las que estarías dispuesto o dispuesta a levantarte de la cama.
Si todavía no has leído ningún libro sobre este tema, te animamos a que le eches un vistazo. Un solo libro puede, sin lugar a dudas, cambiarnos la vida.
¿Tienes tu Ikigai o todavía estás en proceso? Háznoslo saber en los comentarios, los respondemos todos 😉
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Gracias por tan valiosa información
Muchas gracias Marilyn, espero que te haya servido de utilidad.
Un saludo
A través de la meditación he intentado encontrar el sentido a mi vida. Me ha ayudado mucho, a través de significados en cosas, mensajes que me llegan, éste es uno de ellos. Pienso que el ikigai me puede dar respuestas a lo que ando buscando.
Gracias !