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Cómo recordar los nombres
La mayor parte de nosotros reconocemos las caras. Pero el recordar los nombres es algo que nos cuesta. Por servirnos de un ejemplo, ¿Alguna vez escuchaste a alguien decir, “Oh, sé tu nombre, mas no reconozco tu cara”? Son los nombres con los que tenemos inconvenientes. Como por norma general reconocemos las caras, lo que se ha de hacer es aplicar un sistema en el que la cara nos afirma el nombre. Eso es esencialmente lo que consigue un buen procedimiento de memoria, si se aplica apropiadamente. Por eso, en este artículo os traemos una técnica infalible para recordar los nombres y los discursos.
Palabra substituta
El primer inconveniente es el nombre. Bueno, ese se soluciona sencillamente – sencillamente aplicar el sistema de memoria “Reemplazar la palabra“. No lo precisarás para muchos nombres que anteriormente tienen significado – nombres como Hayes, Howe, Carpenter, Fox, Paige, Coyne, Paynter, Gold, o bien Knott crean de manera instantánea imágenes en tu psique. Por lo que encontrar una palabra substituta es una de las mejores maneras para recordar los nombres.
Otros nombres pueden no tener significado, mas todavía de esta manera te recordarán algo tangible. Por poner un ejemplo, los nombres Hudson, Jordan y Shannon probablemente te hagan meditar en un río, y el nombre Ruth puede hacerte meditar en el béisbol. La enorme mayoría de los nombres, no obstante, no tienen ningún significado. Son conglomerados de sonido, como una palabra en un idioma extranjero. Ahí es donde entra en juego el sistema de la palabra substituta.
Has de ser siendo consciente del hecho de que la mayor parte de la gente no olvida los nombres antes que te demos ciertos ejemplos. Sencillamente no los recuerdan primeramente – frecuentemente, no los escuchan verdaderamente primeramente. Solo recuerda las muy frecuentemente que te presentaron a alguien, cuando todo cuanto escuchaste fue un murmullo. ¡No hay forma de recordar un murmullo!
La gente, por alguna razón, en general se abochorna de decir sencillamente, “Lo siento, no escuché tu nombre”. No hay nada de lo que abochornarse. Puesto que el nombre de una persona es una de sus posesiones más apreciadas, es adulador hacer el mínimo alboroto por él. Solicitarle que lo repita ilustra que estás tan interesado en él para estimar cerciorarte de que su nombre es adecuado.
Entonces están los que no se preocupan de solicitarle a quien repita su nombre pues sienten que probablemente no lo volverán a ver, con lo que, ¿qué diferencia hay? Evidentemente, frecuentemente se hallan con esa persona nuevamente, con lo que la mitad del planeta semeja dirigirse a la otra mitad como “Querido, Amigo, Amigo”, Mac, Vencedor, Miel, o bien Cariño.
No pues “Cariño” sea tan singular para ellos, ¡Sino más bien por el hecho de que no saben con quién hablan! Lo que seguramente está bien, pues lo más probable es que “Cariño” y “Amigo” tampoco sepan con quién hablan… ™re
De todas y cada una maneras, hay 3 pasos implicados si deseas recordar los nombres y caras; el paso inicial se encarga del nombre, el segundo de la cara, y el tercero los encierra a los 2 juntos. Lo que debes hacer es relacionar el nombre con la cara de alguna forma absurda.
Cómo recordar los discursos
Seguramente el peor fallo que puedes cometer es procurar memorizar un alegato palabra por palabra. Primeramente, no es verdaderamente esencial. La suposición es que si se te ha pedido que des un alegato sobre un tema concreto, sabes algo sobre ese tema.
Seguidamente, memorizar el alegato palabra por palabra va a hacer que suene de esta forma cuando lo entregues “memorizado”. Y, finalmente, cuando memorizas un alegato palabra por palabra, estás tomando la posibilidad de barajar una palabra que no puedes recordar.
Leer un alegato tampoco marcha, pues deseas sostener la atención del conjunto, y leerles probablemente los ponga a dormir. Aun si con poca frecuencia miras a tu audiencia mientras que lees, no te va a ayudar mucho.
Charlar el alegato con tus palabras, meditar por meditar es la mejor forma de vocalizar un alegato. Un alegato es una secuencia de pensamientos; si los pensamientos están fuera de secuencia, el alegato no va a tener mucho sentido.
Primeramente, escribe o bien escribe a máquina tu alegato, incluyendo todas y cada una de las cosas que deseas decir sobre todos y cada uno de los pensamientos que piensas que son esenciales. Léelo para comprender lo esencial. Ahora, para esa “otra idea”: Elige una palabra clave de cada pensamiento que te recuerde el pensamiento completo.
Esto es más simple de hacer de lo que podría parecer. Raras veces hay un pensamiento, así sea que se afirme en una o bien 2 oraciones, que no pueda ser recordado por una palabra o bien oración. Son estas Palabras Clave (o bien Pensamientos Clave) las que enlazan – en cuyo instante se tiene el alegato memorizado el pensamiento para el pensamiento.
Esperamos que estas técnicas para recordar los nombres y los discursos, os hayan sido útiles. ¿Y vosotros, que técnicas utilizáis para recordar los nombres? ¡Hacernoslo saber!
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